El territorio de Alsace Verte está lleno de pequeños pueblos típicos alsacianos, cada uno tan lindo como el otro, incluidos los famosos "pueblos blancos" ubicados en un eje que va de Wissembourg a Betschdorf, en medio del cual se encuentra Kutzenhausen. Este pequeño pueblo de nombre impronunciable alberga una perla... un museo que no debe perderse bajo ningún concepto si está interesado en el patrimonio construido y cultural, las artes populares y las tradiciones de una Alsacia secreta...

El nacimiento de la Maison Rurale de l'Outre Forêt, el museo de la vida rural

La Maison Rurale de l'Outre Forêt es un Centro de Interpretación del Patrimonio abierto al público desde finales de los años 1980. Instalado en una antigua masía que data del siglo XVIIIº siglo y renovado a la antigua, su propósito es reflejar la vida rural de los años 1920 a los 1950, antes de la introducción de la motorización en la agricultura y el advenimiento de la sociedad de consumo. 

Compuesto por varios edificios que se articulan en U alrededor de un patio empedrado, cerrado por un portón, este conjunto perfectamente conservado es una típica finca de la región. El granero al final del patio está enmarcado por la casa principal a la izquierda y una casa más pequeña a la derecha. Numerosas dependencias, que completan el espacio, dan testimonio de la vida pasada de estas masías y del trabajo diario de sus ocupantes.

La Maison Rurale de l'Outre-Forêt cuenta la historia de la vida rural desde la década de 1920 hasta la de 1950, así como la historia de los propietarios que ocuparon la casa hasta 1902. 

La vida de una granja por dentro...

El visitante, acunado por recuerdos de infancia o curioso por una forma de vida ancestral, podrá descubrir durante su visita, la intimidad y los secretos de los salones de la casa principal, cuya construcción data de 1744. En el "Gross Stub" y el "Klein Stub" los muebles refinados cuentan la historia de los propietarios que ocuparon la residencia hasta 1902. La alcoba y la estufa de azulejos en particular no dejan de recordarnos que en estas casas del pasado, la vida familiar era concentrado en una habitación, cálido y confortable.

La cocina y su equipamiento hacen adivinar la actividad de esta estancia, casi haciéndote agua la boca y dejándote imaginar la olla humeante, olvidada en un rincón de la estufa de leña... mientras la familia se ocupa de sus tareas diarias. 

….. y afuera

En la finca vivíamos mucho al aire libre: el gallinero, la pocilga, el establo y el establo cobijaban a los animales que participaban en las labores del campo o proporcionaban algunos alimentos esenciales. La mayoría de las verduras del jardín contiguo se guardaban en la arena en el sótano o se guardaban en frascos para el invierno, mientras que la carne iba al ahumadero.

Una visión general de los oficios de antaño

Finalmente, los talleres reconstituidos del herrero, el carretero y el tonelero ofrecen una visión general de las habilidades esenciales del campesino de la época, que debió tener a mano todas las herramientas y utensilios necesarios para su trabajo diario.

Para completar el descubrimiento de este encantador museo, grandes y pequeños disfrutarán de las actividades que se ofrecen durante todo el año, en torno a las artes y las tradiciones populares, en un marco auténtico e inspirador: visitas guiadas, acogida de escolares, exposiciones, conferencias, música, teatro, demostraciones de artesanos, creaciones textiles, degustaciones culinarias... ¡hay para todos los gustos!